viernes, 9 de septiembre de 2011

EQUILIBRIO: CORPUS – ARVUM

EQUILIBRIO AMBIENTAL



El entorno que habitamos es el culpable de que nuestra salud se deteriore día a día, o es el hombre el que destruye el equilibrio entre su cuerpo y el medio ambiente. Esa línea delgada y frágil que divide lo que es necesario y básico para la vivida y los excesos en el vivir. Por algunas décadas la respuesta es que el tiempo y el medio cambian, pero una hora siempre serán sesenta minutos y el ambiente es propenso a transformarse. Durante los primeros años de vida del hombre en el planeta la necesidad básica es alimentarse acción que satisfacía del mundo natural, recolectaba y cazaba lo indispensable para subsistir sin ningún exceso; con forme fue evolucionando se fue adaptando al entorno hasta considerar a la naturaleza como algo divino, en la Grecia clásica los atletas eran una muestra clara del equilibrio entre el cuerpo y la mente, competían en diversas disciplinas deportivas, y los triunfadores eran coronados con olivos como un símbolo de victoria; a posteriori adapto al medio a su necesidades, sin considerar los trastornos climáticos y ecológicos que contraía en estas acción.

En el siglo XXI las grandes potencias mundiales generan enormes capitales gracias a la ciencia y la tecnología que desarrollan, modifican la conducta humana y la forma de relacionarse entre los individuos; por consiguiente todo el entorno se transforma; esta realidad palpable tiende a que el hombre moderno se preocupe por lo que tiene y no por lo que pierde aunque en esa perdida este inmersa la salud, la economía, la sociedad y el medio ambiente. Y al posible desaparición de las especie humana.

El buen nivel socioeconómico es sinónimo de buena salud, la decreciente economía es emblema de mala calidad en la salud. La actual sociedad industrial no tiene comparación con ninguna del pasado, antes se podía vivir productos cien porciento naturales, en el mundo contemporáneo lo que consideramos natural contiene una serie de pesticidas, herbicidas y demás biocidas que poco a poco merman nuestra salud, semejante a la madera podrida que se por fuera conserva una apariencia fresca, pero en su interior la mayor parte esta derruida en su por las polillas.



DE NORTE AL SUR; ALGO NOS ENVENENA.

Desde los grandes consorcios clínicos dedicados a la salud en América del norte, hasta los remedios caseros de la abuela en América del sur, es innegable la brecha abismal que existe en cuestión salud, no podemos hacer a un lado el nivel y calidad de vida que existe en cada una; pero que tienen en común estas regiones. El norte es una zona industrializada, cuenta con servicios sociales y médicos de primer nivel, pero es la misma industrialización la causante de un daño colateral en la población al dispersar a través del aire, agua y alimentos contaminados cientos de partículas toxicas para los seres vivos. En el extremo sur del continente, el bajo nivel industrial y los servicios médicos que apenas cubren el nivel básico; son la contraparte a toda la opulencia del norte.



Esta condición se observa en todo el mundo, en África se encuentran cuadros de enfermedades mortales como la malaria, el dengue y el ébola, que probablemente tenga algún tipo de cura o de vacuna pero es un mercado sin futuro para las grandes potencias por la baja economía del país, la mínima industria es una de las causas del raquítico nivel socioeconómico, degenerando conflictos y disturbios poblacionales.



TECNOLOGÍA VS PLANETA

En las grandes ciudades el panorama no es tan diferente, el crecimiento demográfico, la mala planificación en los programas de salud y la perturbación de los ecosistemas. Los problemas respiratorios son la causa de un mayor índice de mortandad que los ataques cardiacos o el sida, una de las causas es el alto índice de contaminación en el aire, toxinas en los alimentos y los malos hábitos del ser humano. Crisis que se expande alrededor del globo como un cáncer terminal.

Los organismos internacionales como la ONU, OMS y UNICEF; discuten deliberan en cual es la solución para solucionar males como la pobreza, el deterioro ambiental, el decremento de la salud; pero como lograrlo sin afectar los proyectos de desarrollo económico de las grandes potencias. Buscar las soluciones a la problemática ambiental, como revertir las fuertes emisiones de dióxidos de carbono a la superficie atmosférica, evitar el calentamiento global y la parcial destrucción de la capa de ozono que nos protege de los rayos UVB, la tecnología no es un pecado, ni pecamos al utilizarla de forma productiva sin dañar nuestro entorno.

Es importante difundir la cultura de la conservación ecológica y de la salud, vivimos en la era de la tecnología y tenemos al alcance de la mano una serie de elementos que pueden facilitar estas acciones, considerar nuestros cuerpos como si fueran un radar o detector de problemas ambientales al presentar los más mínimos síntomas de algún tipo de malestar. Reconocer que somos los únicos seres vivos con la capacidad de revertir esta problemática ambiental.

Romper paradigmas en relación con la producción agrícola y científica, una producción limpia que busque reducir a su mínima expresión los contaminantes en el medio natural, restablecer la conexión entre cuerpo, mente y biosfera.


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